Ser una misma en este 2025.

LA VIDA ESTÁ PLENA DE SIMBOLOGÍA.


Un año más, las esperadas fiestas navideñas nos traen los cortos días, el frío en nuestros rostros y en la naturaleza numerosas y hermosas estampas: el muérdago luce sus frutos, el abeto adorna nuestras ciudades, la flor de pascua ilumina nuestros hogares con su intenso rojo o el hielo destella al amanecer…


También nos trae un Año Nuevo, el 2025, un año que recién estrenamos ahora, en enero. Un año que todavía desprende el olor de nuestros hermosos deseos navideños: nuestro deseo de cuidar lo bello, buscar lo verdadero, de ofrecer al mundo lo mejor de nosotros mismos.


Estos mensajes de buenos deseos navideños, estos mensajes que hablan de abrir nuestros corazones,de que ha nacido Dios entre nosotros, etc, chocan radicalmente con muchos mensajes que nos rodean en redes sociales y también en medios de comunicación, todos ellos en manos de grandes multinacionales que no les interesan empoderar a los seres humanos o buscar su liberación aludiendo a la trascendencia en nuestras vidas. 

 

En la TV, o en Instagram, hablar de que no somos sólo materia o siquiera sugerir que dentro de nosotros habita una chispa divina, todavía no es muy bien considerado. Hablar de la muerte y lo que hay tras ella en nuestro trabajo o con amigos, puede sonar raro o sospechoso...Pero ello es precisamente lo que necesita el mundo tras las navidades, traer a lo cotidiano esa luz que sabemos necesita para transformarse... 

 

En este blog quiero reflexionar previamente a trabajar en clase pues me gustaría formar unas bases o cimientos para tener un enfoque ámplio, global, hermoso y profundo en nuestra labor en las clases. 

El rol del maestro ha cambiado radicalmente. Hoy no solo educamos, sino que también gestionamos emociones, cumplimos con exigencias administrativas interminables y enfrentamos la sobreestimulación de niños/as y familias en un mundo digitalizado. Esta carga genera estrés, ansiedad y, en muchos casos, el llamado burnout docente. Nos encontramos ante una desconexión entre el propósito original de nuestra vocación y las demandas del día a día, lo que hace urgente buscar soluciones integrales que nos devuelvan el equilibrio.

Buscando este equilibro, elaboro esta entrada, selecciono palabras. Voy seleccionando las palabras que considero más acertadas...porque, qué gran poder tienen en nuestras vidas, en la escuela, en los niños/as con los que convivimos y crecemos durante meses y meses:


"Había una vez una palabra

redonda, entera, brillante.

Adentro de la palabra estaba el mundo.

Y en el mundo estábamos nosotros,

diciéndonos palabras."


Graciela Montes

 

 ¿Y si reflexionamos sobre las imágenes navideñas que año tras año se representan delante de nosotros?, Son arquetipos, símbolos y podemos extraer enseñanzas valiosas para nosotros, los docentes, para nosotros, seres humanos al fin y al cabo?

 



Todo parecía muy bonito en lo que respecta al nacimiento de Jesús, poblado de angelitos que cantaban himnos, anunciaciones a mujeres sorprendidas o pintorescos sabios sacerdotes de Ur. El nacimiento del héroe, sin embargo, va siempre acompañado de peligros y amenazas de muerte. No puede ser de otro modo: no hay esperanza que se abra sin que antes o después sea amenazada, puesto que siempre hay quien duda, quien no quiere...Siempre hay alguien que lucha para que todo quede como está. Que no haya cambios.

Ahí surge la figura de Herodes, un cínico, neurótico y terrible rey, que ve conspiraciones por todas partes.  Ante el nacimiento de un nuevo "rey", Herodes teme ser suplantado. 

El ego siempre teme ser desplazado por el verdadero yo, por nuestro verdadero ser. El nacimiento de nuestro niño interior siempre es peligroso, pues el ego es amenazado. En la batalla que se libra en nuestro interior, entre el rey y el niño, ¿quién saldrá finalmente vencedor?. Lo que hemos construido durante tantos años, ¿se caerá como un castillo de naipes por algo insignificante? Eso es lo que pensaríamos cuando somos Herodes. Cuando no queremos que nada cambie, cuando queremos que el estatus de las cosas permanezca igual.

José se vio obligado a tomar a la madre y al hijo pequeño y a partir. Salir de la propia tierra. A escapar de lo consabido. A desinstalarse y comenzar de nuevo. Pero no se trata de un punto y aparte (como si lo anterior no valiera para nada). Es un punto y seguido, puesto que José debe llevarse consigo al niño y a la madre. Se lleva el pasado y el futuro, la tradición y la renovación, la fidelidad y la creatividad. Esos elementos se lleva José en la mochila y emprende el viaje a Egipto. Un gran bagaje para recomenzar, rumbo a lo desconocido.

 


El problema está en que casi todos preferimos quedarnos donde estamos: ya no somos tan jóvenes (nos decimos), aquí estoy, al fin y al cabo, bastante bien ¿No lo estropearé todo si me muevo? ¿No es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer?


Esta actitud inmovilista, muy extendida, es letal para la vida, para lograr la ansiada felicidad, Pensemos por un momento, si José no hubiera querido emigrar hacia Egipto, el resultado habría sido el homicidio del niño. Herodes, el rey, lo habría asesinado, como a los demás niños inocentes de su edad. Realmente, nos morimos si no introducimos periódicos éxodos en nuestras vidas.


Quien no huye de lo convencional, lo trillado, lo masificado, pone en peligro su alma, su singularidad. Ese tesoro personal que cada uno de nosotros guarda en su interior es algo sumamente delicado. En realidad, basta poco para arrinconarlo y olvidarnos de él. Los muchos reyes Herodes de este mundo acaban con él: lo desvirtúan con estrategias sistemáticas para dejarnos ciegos y sordos, lo pervierten o minimizan, convirtiéndolo en un recuerdo infantil o un residuo del pasado.


No queremos destacar y ser diferentes a los demás...No es fácil ser fiel a nuestra propia voz interior, la auténtica, a ese niño o niña tan valioso. Nadie quiere nadar contracorriente pues resulta incómodo, fatigoso y dificilmente llegamos lejos. Nos pueden calificar de raros, de no ser “uno de los nuestros”, de ser marginales…


Pero no es que nos hayamos apartado, sino que nuestro interés por Dios (el silencio, la espiritualidad, el Universo...como lo quieras llamar) te hace entrar en otra esfera: lees otros libros, vas con otras personas, pasas tu tiempo libre de otra manera. Caminas en pos de tu propia voz, vas por caminos inexplorados, empezamos a ser nosotr@s mism@s.


Quisiéramos crecer de forma sensata, sin accidentes, sin tropiezos o críticas. Pero vemos en Jesús de Nazaret a alguien que, para el mundo, era un fracasado: su familia lo tomó por loco. Su pueblo lo llevó al patíbulo. El poder religioso y político de su tiempo lo sentenció y se lo quitó de en medio. Sus discípulos lo abandonaron. ¿Cómo no puede fracasar quien pretende cambiar el fundamento mismo de la sociedad, quien aspiraba a disfrutar en libertad la relación con Dios, sus hermanos y la naturaleza.?


Como ya dijimos más arriba, el nacimiento del héroe va siempre acompañado de peligros y amenazas de muerte. No puede ser de otro modo: no hay esperanza que se abra sin que antes o después sea amenazada, puesto que siempre hay quien duda, quien no quiere...Siempre hay alguien que lucha para que todo quede como está.


¡Pues menuda tarea tenemos los seres humanos! Ser fieles a nuestra propia voz interior, a nuestro niño o niña interior, frente a un mundo que quiere que seamos homogéneos, materialistas, planos. ¡Hay tantos Herodes que ponen en peligro nuestra voz propia! Hay tantos elementos en el mundo para distraernos y olvidar lo que somos realmente. Hay tantas circunstancias que nos pueden hacer sentir que estamos solos en el universo y desvalidos.


 


Bayazid, el santo musulmán, actuaba a veces deliberadamente en contra de las formas y ritos externos del Islam. Gustaba de mostrar su forma propia, no convencional, de entender la unión con Dios. Sucedió una vez que, volviendo de La Meca, se detuvo en la ciudad iraní de Rey. Los ciudadanos, que le veneraban, acudieron en tropel a darle la bienvenida y ocasionaron un gran revuelo en toda la ciudad.


Bayazid, que estaba harto de tanta adulación, aguantó hasta llegar a la plaza del mercado. Una vez allí, compró una hogaza de pan y se puso a comerla a la vista de sus enfervorizados seguidores. Era un día de ayuno del mes de Ramadán, pero Bayazid consideró que su viaje justificaba plenamente la ruptura de la ley religiosa.


Pero no pensaban igual sus seguidores, que de tal modo se escandalizaron de su conducta que inmediatamente le abandonaron y se fueron a sus casas. Bayazid le dijo con satisfacción a uno de sus discípulos: «Fíjate cómo, en el momento en que he hecho algo contrario a lo que esperaban de mí, ha desaparecido la veneración que me profesaban».


Jesús escandalizó completamente a sus seguidores por parecidos motivos.


Las multitudes necesitan un santo a quien venerar, un influencer a quien seguir, alguien que piense por ellos. Mejor que pensar por uno mismo. O que escuchar nuestra voz más auténtica.

A por este reto, pues. A tratar de ser uno mismo/a.


            Es un magnifico reto para este nuevo año, el 2025.

 

                      ¡A por todas, pues! 

 

                                                  💖 A brillar y resplandecer. 💫







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