PILDORA 4: 🌀 Ikigai docente: vivir con propósito también en el aula.
Hablemos de una vida que merece la pena ser vivida.
De una vida en la que levantarse cada mañana sea casi como levantarse en la mañana de Reyes Magos. Con ilusión. Y que los maestros/as no deberíamos perder nunca.
Incluso cuando las cosas no son como quieres. Algo que pasará antes o después.
De una vida con propósito, en resumen.
Sobre este tema hay un concepto fascinante, de un país que está a miles de kilómetros pero del we podemos aprender cosas extraordinarias y de una belleza inmensa. Japón.
Ikigai.
Entre varias posibles traducciones, sería algo así como “el arte de estar felizmente ocupado”.
Está en el alma japonesa. Y se basa en hacer algo por los demás.
Porque si no haces algo por los demás, estás en la antesala de la muerte.
Lee la frase anterior otra vez, si es necesario.
De forma más concreta, el término ikigai (生き甲斐) hace referencia a nuestra razón de vivir, aquello que da significado a nuestra vida, algo por lo que merece la pena vivir y nos hace estar plenamente satisfechos y felices con la dirección que tomamos en nuestras vidas.
Hablamos de algo que nos haga levantarnos por las mañanas con impulso y foco, que nos movilice y de sentido a nuestros actos, nuestras decisiones, nuestras interacciones con los demás. Lo que te impulsa a seguir dando lo mejor de ti, curso tras curso, en cada etapa, en cada proyecto, en cada historia que pasa por tus manos.
Visto así, parece un concepto suficiente de entender, aunque quizá no de responder cada uno, puesto que la búsqueda del ikigai es sin duda cuestión de un análisis interior profundo y nada fácil para cualquier ser humano, japonés y no japonés, porque creo que ésta es una búsqueda global en el ser humano, no específica del ser japonés.
Y sí, es una búsqueda profunda. Pero también necesaria.
Porque cuando tenemos claridad en nuestro propósito, cuando entendemos por qué hacemos lo que hacemos, todo cambia.
Dejamos de decir sí a todo.
Dejamos de vivir apagando fuegos.
Nos da claridad sobre nuestra vida.
Nos permite aprovechar nuestro tiempo.
Da luz a la hora de seleccionar propuestas, planes, sugerencias, estudios, formaciones...
Y a quien le falta claridad en la vida, se ve desbordado por la abundancia de propuestas y diciendo que sí a TODO.
Pasa a formar parte del gran pelotón de los que dicen:
"NO TENGO TIEMPO PARA NADA",
Aceptar todo lo que llega a la bandeja de entrada de la vida consigue que tengamos la sensación de que NOS FALTA TIEMPO.
Y esto significa que, en realidad, NO tengo VIDA.
(Cuando todos tenemos las mismas horas para estrujar y crecer: 24 horas.)
Así de claro y contundente es la verdad: no nos falta tiempo.
Nos falta CLARIDAD EN EL PROPOSITO DE NUESTRAS VIDAS.
Nos falta decisión para decir NO a lo prescindible.
Llenamos la vida de cosas que no son nuestra prioridad, realmente.
Decimos "SI" a casi todo y a todos/as, especialmente en el ámbito digital con incesantes mensajes, fotos, enlaces, gestión intrminable de redes sociales, etc.
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Pero tambien ocurre otra cosa muy importante: malgastamos el tiempo.
¿Y por qué?
No somos conscientes de que la muerte es el mejor invento de la vida.
No somos conscientes de que nos vamos a morir.
De que el tiempo aqui es limitado.
El tic tac del reloj avanza y no le dedicamos tiempo a nuestros proyectos, nuestra salud, nuestra familia, nuestros sueños, etc.
Pero tú no estás aquí solo para sobrevivir a la semana y llegar por fin al finde...
Estás aquí para florecer, para inspirar, para acompañar con presencia y sentido.
Así que, si queremos tomar la vida en plenitud, a cucharadas (soperas por supuesto), preguntemonos:
¿Cuál es tu prioridad?
¿Para qué exactamente quieres más tiempo?
¿Qué te gustaría hacer que no haces porque sientes que no dispones de suficiente tiempo?
Son preguntas importantes.
Para algunas personas, tener claridad, tener propósito, se revela claro y nítido de forma temprana, pero lo más común es que sea necesario construirlo y desarrollarlo.
Ten en cuenta que esto requiere que dediques un tiempo prudencial de autoconocimiento, y aunque la respuesta no llegue de manera concreta, te ayudará a saber más de ti:
Para obtener algunas pistas, acude a las siguientes cuestiones:
1) ¿Qué haría si me quedase poco tiempo de vida?
2) ¿En qué actividad emplearías tu tiempo con gusto sin necesidad de obtener nada a cambio?
3) ¿Para qué acuden los demás a ti por considerarte especialmente apto en ese ámbito? Esto no tiene por qué guardar relación con tu profesión y puede estar más asociado a tus características de personalidad.
4) ¿Cuáles de tus experiencias personales han sido más significativas para ti y qué te han enseñado?
5) Si no hubiese imposibles, ¿qué te gustaría hacer de tu vida? Trata de ir más allá de lo material y superficial y busca aquello que realmente te haría sentir pleno y realizado como individuo.
6) ¿Qué haría si fuera millonaria (o) o si tuviese un cargo de responsabilidad y poder?
7) ¿En qué invierto mi tiempo libre?
Tu propósito de vida debe estar ligado con algo que te apasione o con alguna situación en la que sabes que tus capacidades y conocimientos pueden ayudar a marcar una diferencia, aunque no necesariamente deba ser un hecho magnánimo. Lo importante es que te haga sentir feliz por hacerlo.
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En el mundo occidental se ha simplificado la búsqueda del ikigai con un diagrama que representa este propósito con la confluencia de cuatro pilares:
- Lo que amas.
- Aquello en lo que eres bueno.
- Lo que alguien podría pagarte.
- Lo que el mundo necesita.
Quizá te parezca que encontrar el propósito de vida es algo sumamente complicado e irrelevante. No obstante, en realidad más allá de cuestiones filosóficas, contar con esta motivación aporta múltiples beneficios según Gabriel Soca:
- Hay bastantes investigaciones que refuerzan la idea de que contar con un propósito vital reduce el riesgo de muerte entre un 17 % y un 33 % y disminuye la probabilidad de sufrir accidentes cardiovasculares.
- Quienes han encontrado un sentido o misión vital tienen hábitos más saludables y realizan un menor consumo de tóxicos.
- Son, además, más capaces de gestionar y lidiar con las situaciones de estrés, sufriendo un menor impacto en su salud.
- Aumenta el sentido de ser competente, de forma que el individuo se percibe más capaz de hacer frente a los retos y dificultades.
- Aceptar la vida con sus dificultades y limitaciones y percibirla igualmente valiosa hace que se reduzcan los estados de decaimiento y la presencia de trastornos afectivos. Igualmente, existe una mayor tendencia a buscar experiencias gratificantes y vitalizadoras que contribuyan a obtener estados de ánimo positivos.
- Promueve las relaciones sociales y afectivas cercanas, gratificantes y enriquecedoras.
- Existe, en definitiva, una mayor satisfacción y compromiso con la vida.
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| Extraido del libro IKIGAI de F.Miralles. |
🌿 La solución: claridad y visión.
¿Cómo podemos reconectar con nuestro propósito como docentes?
💡 Una práctica muy sencilla y poderosa es crear tu propio Tablero de Visión Docente.
Se trata de un collage visual con imágenes, frases, ideas y símbolos que te recuerdan cuál es tu propósito personal y profesional.
No es una moda: es una herramienta de claridad mental y emocional.
Puedes incluir en él:
-
Palabras que te definen como maestra.
-
Recortes o dibujos de aquello que sueñas lograr (en el aula y fuera).
-
Frases que te inspiren a enseñar desde el corazón.
-
Fotos o símbolos que te conecten con tu misión, con tus valores.
Imágenes de tu ideal de salud, autocuidado, escuela, familia, espiritualidad…¡Sueña despierta!
Puedes usar la aplicación de Canva que tiene muchas imágenes a tu disposición para inspirarte o para materializar tu Tablero. Yo así lo realicé y lo tengo impreso a color para verlo todos los días (por la mañana y por la noche).
Colócalo en un lugar visible.
Una brújula para no perderte en medio del ruido y tener claridad.
Aludimos a esa chispa que nos hizo querer transformar el mundo desde el aula, ¿no te parece?
✨ Y ahora… una invitación:
Haz una pausa.
Respira.
Y pregúntate con honestidad:
🔹 ¿Qué me hacía vibrar cuando empecé a enseñar?
🔹 ¿Qué quiero que los niños y niñas recuerden de mí dentro de 20 años?
🔹 ¿Estoy educando desde mi propósito o desde la rutina y el piloto automático?
No hace falta que tengas todas las respuestas hoy.
Pero sí hace falta que comiences a hacerte las preguntas correctas.
Porque un maestro o maestra con propósito inspira con su sola presencia.
Porque cuando una maestra se reconecta con su propósito…
enseña diferente, ama diferente, inspira diferente.
No hay propósitos grandes o pequeños.
Solo hay vidas vividas con sentido... o sin él.
🌱 Recuerda:
No te falta tiempo.
Te falta claridad.
No se trata de hacer más.
Se trata de hacer con sentido.
🌀 Y sobre todo:
Piensa diferente.
Cuídate diferente.
Educa diferente.
RESUMEN EN YOUTUBE: https://youtube.com/shorts/NYgvjFlyGw8?feature=share
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P.D:
He creado una plantilla imprimible (o bien se puede trabajar on line si manejas el CANVA), para tu Tablero de Visión Docente.
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Incluye las cinco secciones clave y una frase inspiradora al pie. Descárgala, imprímela en A4 y empieza a llenarla con imágenes, frases o dibujos que reflejen tu ikigai.
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