Claudio Naranjo y la escuela que viene: hacia una educación consciente y más allá del patriarcado
Claudio Naranjo y la escuela que viene: hacia una educación consciente y más allá del patriarcado
“No hay verdadera educación sin transformación interior.”
— Claudio Naranjo, Cambiar la educación para cambiar el mundo
🌿 Una biografía del alma
Claudio Naranjo (1932–2019) fue un ser humano excepcional y que merece la pena conocer y poner en valor.
Médico, psiquiatra, músico y buscador espiritual de origen chileno, dedicó su vida a explorar la relación entre psicología, conciencia y transformación humana.
Discípulo de Fritz Perls —creador de la terapia Gestalt—, fue pionero en integrar psicología occidental, sabiduría oriental y autoconocimiento en un mismo camino de desarrollo.
Su programa SAT (Seekers After Truth), que todavía se imparte en más de 20 países, ha inspirado a miles de educadores, terapeutas y buscadores.
En sus últimos años, Naranjo centró su trabajo en la renovación de la educación y la superación del patriarcado, convencido de que solo una transformación profunda de la conciencia puede salvarnos de la crisis de civilización actual.
“La educación actual no enseña a vivir, enseña a funcionar.
Necesitamos una educación que despierte, no que adiestre.”
— Claudio Naranjo, La vieja y novísima educación
🌸 Cinco claves de Claudio Naranjo para una escuela del siglo XXI
1. Educar para el autoconocimiento y la conciencia emocional
La primera transformación que Naranjo propone es interior.
No se trata de formar mentes brillantes, sino corazones conscientes. La escuela, decía, debería ser un lugar donde los niños y niñas aprendan a conocerse, a escucharse y a comprender sus emociones.
“El problema no es la falta de conocimiento, sino la falta de conciencia.”
— Claudio Naranjo, Cambiar la educación para cambiar el mundo
¿Aplicación práctica?
Incluir espacios regulares de silencio en las clases, introspección y escucha. Dinámicas de conocimiento del grupo, meditación guiada, arte terapéutico o tutorías emocionales donde el alumnado aprenda a reconocer su sentir y expresarlo sin miedo.
2. Superar el modelo patriarcal y jerárquico del aula
Para Naranjo, el sistema educativo reproduce el modelo patriarcal de la sociedad: jerarquías rígidas, autoridad incuestionable, competitividad y desconexión emocional.
Este “modelo masculino dominante” ha creado una educación que premia la obediencia sobre la autenticidad y la razón sobre la sensibilidad.
“El patriarcado ha convertido la educación en una domesticación del alma.”
— Claudio Naranjo, El fin del patriarcado
Aplicación posible:
Fomentar una cultura escolar colaborativa y horizontal. El docente deja de ser el “centro del saber” para convertirse en un acompañante de procesos. Se valora la cooperación, la escucha y el aprendizaje en comunidad más que la nota o la competencia.
3. Aprender desde el cuerpo, la creatividad y la espiritualidad
Naranjo recordaba que hemos convertido la mente en un tirano y olvidado al cuerpo y al alma.
Defendía una educación que recupere la unidad cuerpo-mente-espíritu, donde el arte, la música, la danza y el silencio sean tan importantes como las matemáticas o la gramática.
“El cuerpo es el templo de la conciencia; si lo olvidamos, nos alejamos de lo humano.”
— Claudio Naranjo, Entre meditación y psicoterapia
Aplicación práctica:
Integrar prácticas de movimiento consciente, yoga, meditación, música, respiración y expresión artística. No como actividades “extraescolares”, sino como parte esencial del aprendizaje y la formación del ser.
4. Educar para la conciencia social y la ecología de la vida
Naranjo sostenía que no hay cambio personal sin cambio social.
Educar, decía, es también aprender a cuidar: cuidar de uno mismo, de los demás y del planeta. Una escuela verdaderamente moderna no forma trabajadores, sino seres humanos despiertos y compasivos.
“Si la educación no enseña amor, no enseña nada.”
— Claudio Naranjo, Cambiar la educación para cambiar el mundo
Aplicación práctica:
Impulsar proyectos de aprendizaje-servicio, huertos escolares, programas de justicia restaurativa o actividades comunitarias donde el alumnado se sienta parte de un tejido vivo, no solo de un sistema académico.
5. Cultivar lo femenino como principio educativo
El último eje que resaltamos de su pensamiento propone una revolución silenciosa: sanar lo femenino reprimido en la cultura.
En La agonía del patriarcado, Naranjo explica que el equilibrio del mundo depende de recuperar las cualidades que el patriarcado ha desvalorizado: la empatía, la ternura, la intuición, la vulnerabilidad y la conexión con la naturaleza.
“El futuro será femenino o no será.”
— Claudio Naranjo, La agonía del patriarcado
Aplicación práctica:
Promover liderazgos compartidos, metodologías cooperativas, educación emocional y valores del cuidado. Espacios donde lo importante no sea “ganar”, sino crecer juntos y aprender juntos.
🌱 Hacia una educación del ser
Claudio Naranjo nos invita a pasar de la educación del hacer a la educación del ser.
No se trata de enseñar más, sino de enseñar mejor; no de crear mentes útiles, sino almas plenas.
Su legado nos recuerda que no hay escuela nueva sin maestros y maestras nuevas, y que la verdadera innovación pedagógica empieza con una mirada interior.
“Cuando el maestro se conoce a sí mismo, enseña desde el alma y no desde el método.”
— Claudio Naranjo
La escuela que viene no será solo tecnológica o digital, sino consciente, amorosa y compasiva.
Una escuela que reencuentre el alma en el aprendizaje y despierte una nueva humanidad: más libre, más sensible, más despierta.
Finalmente, te invito a estas reflexiones personales:
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¿Qué espacio tiene hoy la conciencia en nuestra práctica educativa?
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¿Cómo podemos introducir la ternura, la introspección y el arte en la vida escolar diaria?
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¿De qué manera podemos enseñar sin dominar, acompañar sin dirigir, guiar sin imponer?
Quizá el futuro de la educación dependa, como decía Naranjo, de “re-aprender a ser humanos”.



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