Reprogramando el cerebro con algo tan sencillo...
¡Bienvenidos, bienvenidas a esta nueva entrada del blog! Como maestra de infantil en la escuela Arco Iris, quiero compartir contigo un enfoque que he integrado en mi práctica diaria: cómo pequeños hábitos pueden transformar nuestro bienestar y el de nuestros niños/as, de formas asombrosas.
El cerebro humano evolucionó para maximizar la supervivencia, no necesariamente la felicidad. Nuestro entorno hostil primitivo moldeó patrones como la hiper-vigilancia y la sensación de escasez. Aunque ya no vivimos en las cavernas, estos patrones siguen presentes y pueden generarnos ansiedad y estrés.
Pero aquí, en el Arco Iris, hemos descubierto que podemos re-programar nuestra mente con prácticas simples y efectivas. En mi clase, dedico cinco minutos diarios a un ejercicio de gratitud, adaptado a los más pequeños. Estas rutinas no solo promueven la calma, sino que también fortalecen las habilidades emocionales de los niños/as.
El impacto de la gratitud:
La ciencia respalda el poder transformador de la gratitud.
En 2003, el Dr. Robert Emmons, psicólogo de la Universidad de California Davis, realizó un experimento fascinante. Dividió a 192 participantes en tres grupos:
Escribir cosas por las que estaban agradecidos.
Escribir problemas del día.
Escribir eventos neutrales.
Tras 10 semanas, el grupo que practicó la gratitud mostró:
Un aumento del 25% en su felicidad.
Mejores noches de sueño y menos estrés.
Más energía y mejores hábitos de salud.
¡Y esto dedicando solo cinco minutos al día!
En el aula, adaptamos este concepto mediante un “Momento de la gratitud”, donde cada niño o niña menciona, al final de la jornada, algo por lo que se siente agradecido. Es más, esta canción nos invita a pensar sobre lo que hemos vivido en clase ese día: Cancion de gratitud
Es ideal para cerrar rutinas y calmar la energía del grupo al final del día o una actividad. Esta canción, producida por André van Hissenhoven, nos invita dar gracias por todo lo que influye en nuestra vida.
¿Te animas a probarlo?
Otra idea puede ser ésta:
Durante una semana
Toma un cuaderno especial.
Cada noche, escribe entre tres y cinco cosas por las que te sientas agradecido(a).
Comparte esta práctica con tus alumnos o tus hijos. Verás cómo las pequeñas cosas marcan la diferencia.
Como dice James Clear, autor de Hábitos Atómicos: “Hazlo tan fácil que sea imposible fallar”.
En la escuela infantil Arco Iris creemos en el poder de estas prácticas para cultivar una comunidad más feliz y conectada. ¿Y tú? ¿Te unes al viaje hacia un bienestar consciente?


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