PILDORA 3: Reconectándonos con la toma de tierra.

 




Casi todos los días voy a un monte cercano a casa a pasear. O a caminar a la playa de Málaga. Es una gran suerte, la verdad, poder disfrutar de ambas cosas.

Siempre me quito las zapatillas, a veces, me tumbo sobre la hierba o la arena, escucho los sonidos de los animales en el bosque o el rumor del mar.⠀⠀⠀

Es una experiencia muy hermosa. Y es que estar en contacto con la tierra, con la naturaleza, es como volver a tu casa, a tu hogar. Ahí nos sentimos seguros y a gusto. 

Como dijo john Muir "Sólo fui a dar un paseo, y al final decidí que, al salir, en realidad, estaba entrando". 

La naturaleza es nuestro hogar, definitivamente; y cuanto más tiempo pasemos alejada de ella, más se resiente nuestra salud. 

Este contacto con la tierra o "grounding" (utilizando una palabreja inglesa que se ha puesto de moda), es una actividad que puede sonar extraña, pero la ciencia respalda sus beneficios.


Una desconexión que nos enferma: cuando los docentes vivimos pegados a las pantallas

Como maestras, estamos saturadas de pantallas:


📱 El móvil vibra desde el desayuno.


💻 El ordenador nos espera con un nuevo mensaje.


📲 La tablet puede ser un recurso más en clase.

 

🧠 Y por las noches, tras la jornada escolar, seguimos navegando entre correos, vídeos formativos o redes sociales.

 

Vivimos hiperconectadas… pero desconectadas de nosotras mismas.

El cuerpo y la mente se resienten: irritabilidad, insomnio, cansancio crónico, dolor de cabeza, fatiga ocular, falta de concentración.

"Somos seres de bosques, de llanuras y praderas, de montañas y estepa, de costas y arrecifes, de selva, de sabana, de desierto, de nieve. Seres de la Tierra, no de asfalto y aire contaminado" Así nos dice el gran Antonio Valenzuela.

 



Y a menudo, normalizamos estos síntomas como parte del trabajo.

Por eso, la naturaleza se convierte en medicina. En una sala de descanso sin techo. En un reset interior.

Pisar la tierra, caminar descalza, tumbarte al sol sin móvil... no es una pérdida de tiempo: es autocuidado real.  


Que sea algo natural, gratis y que no se pueda patentar hará que no lo veas en la tele. Incluso que te metan miedo sobre ello.

Pero los beneficios de hacer lo que espera nuestro organismo están respaldados por la ciencia. Reconectar con la naturaleza no es un lujo o rareza, es una pauta de salud imprescindible en nuestra sociedad actual.

¿Qué dice la ciencia sobre el grounding?

 

Nuestro cuerpo funciona con impulsos eléctricos. Lo demuestran los electrocardiogramas y los electroencefalogramas que nos pueden prescribir los médicos. Sin embargo, vivimos inmersos en entornos artificiales: asfalto, hormigón, suelas de goma, dispositivos electrónicos, campos electromagnéticos.

Estamos, literalmente, aislados del campo eléctrico natural de la Tierra.

 


Numerosos estudios científicos han demostrado que cuando caminamos descalzos sobre tierra, hierba, arena o piedra húmeda, descargamos esa carga y los electrones libres de la superficie terrestre entran en contacto con nuestro organismo. Y esto tiene un efecto antioxidante, antiinflamatorio y regulador del sistema nervioso. Nuestras pequeñas mitocondrias se llenan de electrones y esto nos ofrece una mayor vitalidad.

 

Entre los investigadores más destacados en este campo está el biofísico James Oschman, el cardiólogo Stephen Sinatra y los ensayos clínicos recogidos en revistas como Journal of Environmental and Public Health (2012), que demuestran mejoras en el sueño, el dolor crónico, la variabilidad cardíaca y los niveles de cortisol.

🧠 Estudios recientes han mostrado que tan solo 20-30 minutos diarios de toma de tierra pueden reducir significativamente los niveles de estrés, mejorar la calidad del sueño y acelerar la recuperación muscular tras el ejercicio.

Y sin embargo, vivimos desconectados. Lo que era natural para nuestros abuelos —pisar el campo, cultivar, jugar descalzos— hoy es excepcional.

 

¿Por qué es importante introducir el grounding en la escuela infantil?

Los niños y niñas necesitan reconectar con la tierra. Su sistema nervioso está aún en desarrollo, y el contacto con la naturaleza no es solo placentero, es regulador, educativo y esencial.

 




Muchos pequeños/as llegan al aula con altos niveles de activación, hiperestimulación digital, falta de movimiento natural y estrés emocional acumulado. El simple gesto de descalzarse y pisar la tierra del huerto o del patio  puede ser profundamente terapéutico.

Además, las maestras también necesitamos regularnos para poder ofrecer un acompañamiento emocional auténtico y calmado.

 

Beneficios del grounding para docentes y alumnado:

🌿 Normaliza los niveles de cortisol.


 


💓 Regula el sistema nervioso autónomo.

 





💪 Mejora la circulación sanguínea y la oxigenación celular.

 



🔥 Disminuye la inflamación crónica.

 



🌙 Mejora la calidad del sueño y la recuperación física.

 



😊 Equilibra las emociones, reduce ansiedad y estrés.



🧠 Restaura los procesos cognitivos y la concentración.



Recarga energética natural, sin cafeína ni pantallas.

 

 
Vemos pues que la Naturaleza es una gran restauradora del equilibrio de nuestro sistema nervioso autónomo. Nos baja las revoluciones y nos calma; eso sí, si dedicamos el tiempo y la atención necesarias para sentir su complejidad.
 

También podemos ofrecer estas recomendaciones prácticas para introducir el grounding en la escuela infantil:

Crear un rincón de tierra, arena o césped en el patio del centro. Puede ser un espacio donde descalzarse y jugar libremente.


 


Caminar descalzos juntos, aunque sea unos minutos al día, en la zona exterior del aula o en una salida al campo.


 


Incluir momentos de pausa consciente, sentados sobre la tierra, realizando posturas de yoga, respirando y sintiendo el contacto con el entorno.
 
 

 


Diseñar actividades con los sentidos, como explorar con los pies diferentes texturas naturales: tierra, piedras, hojas, barro.

 



Formarse como docentes en la relación entre naturaleza y salud integral, aprendiendo cómo el entorno natural influye en la regulación emocional de los niños y niñas.

 



Invitar a las familias a participar de actividades al aire libre, como la siembra en el huerto escolar, juegos tradicionales en los patios al aire libre, etc.

 
✅ Llevamos la naturaleza a casa, al trabajo, a la escuela: tengamos imágenes, macetas, vaporizadores de aceites esenciales, cuadros, sonidos de la naturaleza en nuestro entorno vital.
 
 

Bastantes de estas actividades las estamos desarrollando en la escuela infantil Arco Iris de Cártama:

https://www.instagram.com/ei.arcoiriscartama/ 

 Es la maravillosa escuela en la que estoy trabajando desde hace más de 20 años.

 Es una escuela que ha apostado por innovar desde los planteamientos de la Permacultura: respetando al ser humano en su integridad, amando a la naturaleza y proponiendo un futuro sostenible.

La asociación Ecoluciona nos asesora y nos ha formado: 

https://www.ecoluciona.org/ 

Todo ello enmarcado en un Proyecto de Innovación Educativo auspiciado por la Junta de Andalucía en el que trabajamos aspectos muy concretos y maravillosos para la edad infantil: juegos al aire libre, alimentación, respiración, siembra en huerto, yoga, etc.

Aquí puedes leer en el blog del Proyecto de Innovación un pequeño balance de lo realizado este curso pasado:

https://creciendofelicesenelarcoiris.blogspot.com/ 

 

Una invitación final, un guiño:

Como dice el entrenador Luis Enrique, quien recomienda esta práctica incluso para deportistas de élite:

“Hazlo, sal ahí fuera. Toma tierra. Verás cómo cambia tu energía.”

          https://www.youtube.com/watch?v=Sd-Tsn0SWJk 

Reconectar con la Tierra es una revolución silenciosa. Una forma de sanar desde lo más sencillo. En una sociedad que lo complica todo, volver al suelo firme puede ser el gesto más poderoso de transformación.

Pero más allá de eso, sal ahí y fuera y verifícalo por ti misma.
 
                "Piensa diferente, 
                 cuidate diferente,
                 educa diferente".
 
Enlace a vídeo-resumen en YOUTUBE:  


 


 


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